miércoles, 20 de mayo de 2015

Hay que saber ordenar

                                                                                                                                                 Ya lo decía mi madre.




Somebody That I Used To Know- Gotye




Como ley moral, mi cabeza me ha comunicado su última imposición.

                                     “Hay que saber ordenar”

Reconozco que he tardado en aprenderla y mucho más en automatizarla. Hacerlo bien no es fácil pero por lo que parece, el resultado puede ser muy satisfactorio.

En lo que parecía un día más, normal y corriente, ha resultado ser el día más ordenado  en hace mucho tiempo.

Mucho me temo que para algunos probablemente el día haya acabado un poquito más desordenado de como lo han empezado.

Y es que en esto del orden, ya se sabe, todo puede ser una lotería.

Yo me encuentro en mi desorden...           y               ...desordeno todo lo que encuentro.

No sé si llamarlo manía o simplemente rebeldía.

He puesto algunas piezas en su lugar, también os digo que ya tocaba, tampoco lo voy a negar.

A la señora de la limpieza que se aventura cada semana en mi cuarto mi madre le ha encargado un altar, mi mejor amiga la quiere contratar y yo no veo el momento de deshacerlo en cuanto abre la puerta y se va.

“Ese cuadro está muy recto, esa taza no era blanca ni esa camiseta pa´planchar”

                                             Cada cosa en su lugar
               
Así que convierto en rutina lo que para mí es fortuito, recomiendo eso de atarse un pañuelo a la cabeza, ponerse pantalones anchos y los brazos en jarras, respirar profundamente y casi ni saber por dónde empezar.

“Hoy es un día perfecto para ordenar”.  Arremangarse la camiseta y empezar a tirar.

Aquello que ya no sea imprescindible. Aquello  que olvidamos que tenemos y a los años tampoco haga ilusión recuperar.

Y con aquello, de vez en cuando, también me refiero con aquello/as.

Y eso si soy sincera, que lo soy…. La verdad es que cuesta más.

En el fondo hablo de madurar. 

Y sino que me lo digan a mí que para hacerlo, tuve que perder para ganar.

Y por ganar, casi me pierdo a mí misma.

Y por perderlo a él, casi me gano la ruina.

El peor año de mi vida, con diferencia, me está enseñando a madurar. A cagarla y rectificar, que en esencia es lo importante. Demostrar cuanto nos cuesta reaccionar.

Si algo es importante, cueste lo que cueste, terminamos por rectificar.

Alguien a quien solía conocer habría apostado por perder.
                                   Y así fue.

Alguien a quien solía apreciar se compromete a llamar para rectificar y acaba escondiéndose en un bar. Sin saludar.

Patético, siempre me ha gustado esa palabra para calificar. Cobarde me parece demasiado fuerte.


Llena de polvo de tanto ordenar he mirado con mimo mi nueva habitación.
 Creo que tengo todo lo necesario. 
La verdad es que de eso me iré dando cuenta con el pasar de los días.

Recomiendo hacerlo de vez en cuando aunque duela un poquito quitar esas molestas espinas que se empeñan en seguir clavadas en la piel, sin valentía para caerse dignamente de tus días.

Lo verdaderamente importante y creo que es lo que mi cabeza busca la forma de comunicarme es que todo encaja en la posición correcta, y encontrar dicha posición es el verdadero reto de ordenar.

 Hay piezas de puzzle que encajan a la primera y sin esfuerzo, de ahí que surjan risas por cualquier tontería, cervezas a los pies de tanto girar, alegrías ante cualquier novedad o ausencia de excusas para las ganas de quedar.

Sin embargo, hay piezas que o nunca se las han arreglado para encajar o simplemente han cambiado de tanto rodar y poco a poco van olvidándose de continuar.

Y cuando eso pasa, es momento de ordenar.

Cuando la pieza del puzzle que te representa no ocupa el mismo lugar en el mural de los demás que su pieza en el tuyo…
                                                          … siento decirte… es vital ordenar.


 Cada uno en su lugar.

 Si han decidido salir quien eres tú para mantenerlos dentro de esa puta leonera.





                                                          Hasta otra y carretera.


AMB

1 comentario:

  1. Como mola verte sonreír, escuchar tus carcajadas buenéficas y verte saltar/corretear por la calle...

    Pdt.:
    Si has ordenado tu habitación hazle foto para que la enmarque tu madre!!!!!

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